Ayer en La Plata.
Fue en la “Colonia del Carro Verde” donde realizamos nuestro
primer Taller de Gastronomía volguense con una concurrencia que superó nuestras
expectativas, a los que agradecemos por su presencia y acompañamiento.
El taller se desarrolló con la bienvenida por parte del
Director de la Cátedra Libre de Historia y Cultura de los alemanes del Volga,
Prof. Horacio Walter y por el Coordinador del taller Roberto Herrlein.
El primer plato fue la sorpresa tanto por las explicaciones
y el desarrollo progresivo de la preparación de los Kraut Pirok, con sus secretos para la masa y los consejos para el
modo de preparar el relleno. También las explicaciones sobre su origen y su
proyección como plato importante para las familias volguenses, en particular para
las entrerrianas.
De todos modos, a partir de ahora, veremos como se generaliza
y se difunde. La sorpresa de los presentes fue la posibilidad de ayudar a su
preparación, no sólo en cuanto a preguntas y respuestas y participación de
recetas familiares sino porque “pusieran
las manos en la masa” y terminaron de prepararlos antes de enviarlos al
horno.
La explicación del Kraut
und Brei fue también interesante. La carne de cerdo fue la protagonista de
esta parte del taller. Considerada como los “restos” de la carneada, (huesitos
y carne) terminaba guardada en sal para
ser utilizada en otro momento. De este modo, antes de preparar el plato debía
ser bien lavada para retirar todo la salazón posible. Con el caldo con variedad
de verduras se cocinaba, y se la servía acompañada del chucrut (kraut) y de un
cremoso puré (kartoffeln). En una sola comida los ingredientes mas conocidos de
la cocina volguense. La pequeña cacerola con la carne cocinándose en su caldo, permitió
a los presentes degustar los aromasy los perfumes de lo que luego se serviría
en la mesa.
Fuera de programa y antes de servir el almuerzo, nuestro “cocinero”
ya considerado por los presentes como el “chef del día” nos invitó con una
bandeja de chacinados hechos por él y su familia: unos cortes de chorizo, de
queso de chancho y de panceta fueron del gusto de los presentes.
Con el almuerzo disfrutamos de los platos previamente
explicados.
En primer lugar con los Kraut Pirok, gustosos y generosos ya que
los presentes se sirvieron sin problemas de conciencia y sin pensar que el
compañero de al lado se quedara sin la entrada.
Luego llegaron las humeantes
bandejas con el Krau und Brei, bandejas de carne, de chucrut y de puré,
acompañadas por una rica salsa de miel con mostaza y rodajas de Sauer Kummers,
los pepinos agrios tan gustosos para los
volguenses.
Antes de entrar en la última parte de la presentación del Riwwel Kuchen, el Director de la
Cátedra Libre hizo entrega del diploma
que da la Universidad a los participantes de la cátedra, en este caso a Roberto
como coordinador del Taller. Lo mismo hizo Margarita Hollman entregándole una
placa recordatoria. Luego disfrutar de la explicación de cómo realizar la torta
tan clásica en la comunidad volguense, en todas sus provincias, sabiendo que en
cada familia hay un “toque” especial que le da el aroma y el perfume de esta
exquisita torta alemana.
El sol de la tarde permitió disfrutar la charla en las mesas
y en el jardín y previamente a la despedida todos nos sacamos una fotografía
con la ilusión de volver a repetir no sólo el taller sino también el encuentro
y la posibilidad de pasar momentos juntos con buena comida y mejor amistad.
Horacio Agustín Walter
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