Este viernes 6 de mayo
Jorgelina Walter, experta en Ceremonial y Técnica en Museología disertó
en nuestra Cátedra Libre de la historia y la cultura de los Alemanes del Volga
sobre SANTA ROSA, RECUERDOS DE UNA
COLONIA VOLGUENSE.
El Prof. Horacio Walter, Director de la Cátedra Libre, luego de presentar a la disertante, se refirió
a la práctica histórica de recuperación de fuentes y testimonios.
La Colonia Santa Rosa, del partido de Puan existe. Tal vez
no como un conglomerado urbano. Tampoco como una localización que hoy pueda
representarse como colonia, pueblo o caserío. Su momento histórico sucedió a
partir de su fundación en 1902 y fue llegando a su ocaso en la segunda mitad
del S.XX. No por ello puede recibir la
afirmación de que no existe.
Están sus restos, sus rastros, su historia y sus recuerdos.
Los restos físicos nos muestran los lugares donde se estableció la colonia, con
su estructura social de casas familiares, capilla, escuela. Restos que pueden
no decir nada. Necesitan ser interrogados. Un piso de baldosas, un galpón
abandonado, un viejo molino, no dice nada en si mismo. Sólo el amor que lo
recuerda o el historiador que los interroga permiten armar lo que se llama
Historia.
Jorgelina Walter cumplió con este objetivo. Su gran amor por
la Colonia Santa Rosa lo expresó desgrananando sus recuerdos. En primer lugar
presentó un video del 106º aniversario de la colonia (2008) donde se recorre el
predio existente, sus restos, su cementerio y los recuerdos de la gente sobre la
Iglesia, la escuela, la vida de trabajo, las relaciones. Cómo era el campo, las
fiestas, el trabajo, la educación.
Luego Jorgelina
Walter realizó una amplia exposición de la localización del Partido de Puan, de
la Colonia Santa Rosa y de los primeros colonos que llegaron, entre ellos sus
bisabuelos y otras personas que crearon el marco necesario para trabajar y
vivir del cultivo del campo y la atención de sus animales. Las fotografías y
videos mostraron el esfuerzo infatigable de los primeros colonos para construir
su ámbito de vida. El caserío, la primera iglesia, la escuela, la visita de los
religiosos de tanto en tanto. La construcción de una segunda iglesia que es
destruida en una noche de gran tormenta por un rayo, una escuela que se
construye en el año 1949 y que luego es desarmada (cuando la colonia no tiene
ya vida) para la construcción de otra escuela en la ciudad de Puan.
Aquí Jorgelina habla del conocimiento que tiene con el Prof.
Horacio Walter. Al consultarlo sobre temas de historia y genealogía, este le
informa que tiene una profunda relación con Santa Rosa, en el sentido de que su
padre, Agustin Walter, fue quien construyó la escuela en el plan de escuelas
rurales de aquellos tiempos. Y le dice que seguramente Horacio pudo haber jugado de niño
con los padres y tíos de Jorgelina. Otro mas de los recuerdos.
La colonia se diluye por el alejamiento de sus habitantes a
otras formas de vida y de acceso al trabajo y al progreso y la colonia queda
sólo como una cabecera de una chacra. Los ladrillos y la campana de la Iglesia
se llevan para la construcción del Monasterio, los ladrillos de la escuela que
se encuentra desocupada y con destino al abandono, pasar a formar parte de una
escuela en la ciudad de Puan.
A partir del año 2002, con motivo del Centenario, la familia
de Jorgelina, ella, su hermano, sus padres y sus tíos deciden recuperar la
colonia como un momento de la vida de la región. Alambran el Cementerio, cortan
el pasto, pintan las cruces de las tumbas. El predio correspondiente a la
colonia lo reciclan. Valoran cada uno de los restos y los transforman en
Referencias Históricas, gracias a la colaboración del municipio de Puan y de la
Provincia. Y se comienza a festejar la Kerb, la fiesta patronal, como si la
colonia estuviera siempre vigente.
El Prof. Horacio Walter participa de los festejos en el 106
aniversario y en él dirige unas palabras que fueron posteriormente tomadas para
realizar el video recordatorio: “Si me preguntaran que festejamos cada
agosto, la respuesta aparece delante de todos en fotografías color sepia que
nos transportan a otro tiempo. Celebramos el tiempo de las espigas regadas con
lágrimas, el tiempo de los niños nacidos de mujeres preñadas de sueños;
celebramos la fe de nuestros antepasados, su confianza en la familia, su
respeto por la lengua, su compromiso por mantener la religión de los padres, y
las costumbres que trajeron en sus baúles junto a su fuerza y su constancia.
Celebramos la dureza de mantener una conducta y la pureza de su moral y su sacrificio”.
La disertación culminó con una serie de diapositivas que
mostraron la vivencia de los sueños y de las ilusiones de los colonos. Cuando
el tiempo se acabó la colonia dejó de funcionar. Todavía quedan huellas y
rastros. El viejo museo de la casa de los gottau se encuentra de pie pero no
utilizado como museo. Sus objetos y testimonios de un tiempo se encuentran
intactos. Una fuente invalorable de la historia es el viejo libro contable en
el que se detallaban los gastos que implicaba el costo del campo, la atención
de las personas, la alimentación y el cuidado médico. Una sorpresa se encontró
entre las hojas finales del libro que es la historia de la familia hasta el
momento en que se establecieron en la Colonia Santa Rosa, cerca de Puan para cumplir
aquel viejo sueño de todos los alemanes del Volga que llegaron a nuestra
patria: vivir mejor, progresando en el trabajo, creciendo en muchas familias y
educando a los hijos para ser personas de bien. La Colonia Santa Rosa todavía
vive.
Terminada la alocución con una aprobación unánime de los
presentes, el Prof. Horacio Walter leyó una nota de adhesión del Senador Cr.
Horacio López, le entregó un diploma expedido por la Universidad Nacional de La
Plata por su participación y un pequeño y simbólico presente por parte de la Cátedra
Libre de la Historia y la cultura de los alemanes del Volga.
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